Pido a las palabras: generosidad.
Dejad de estar cautivas,
sin que la pereza cometa la torpeza
de retar a mi impaciencia.
Haced que crezca.


¡Qué sea la humedad convertida en el hogar,
que busca despertar con el olor
que da amar en libertad
sin nada que esconder, de ahora, ni de ayer!


¡Qué sean los instantes en el que muere el antes,
y siento resucitas a todas esas vidas,
incluso en la que eras aquel "Emperador"
de noches de derroche!


Robados y algo amargos.
¡Qué vuelvas a empezar!
Que no es tan solo un poco,
ni un algo del diario.


Conviértelo en tu todo,
no importa cuando acabe,
repite cuanto antes.


Aquellos importantes,
la hacienda y la tierra,
el continente ambiguo
lo mucho y lo obligado
lo que traes de tus fracasos...


Suelta amarres,
investiga donde sabes
y escucha su lenguaje.


Se comprime a tu medida,
y se siente agradecida
porque le das la vida.


Retiene tu deseo,
y juega un balanceo
entre los cuerpos que evocan sentimientos.
Valiente y voz alta
haz de la cama, casa.


Escríbeme la música
a dedos en mi cuerpo,
aprenderé solfeo,
seré tu pentagrama
y tu guitarra.


Enséñame a querer
sin que aparezca el miedo,
y sea el consejero que me lleve "al vuelo".
Hoy quiero ser posada,
y no perder las alas.